Ruta a Quatretonda y almuerzo en Casa Ricardo

Domingo 3 de Abril de 2011

Definitivamente… la primavera ha llegado, apenas hay unas placas de musgo en las zonas sombrías del Barranco que baja de La Casella, en los márgenes, donde no se pisa, y la brisa del alba sopla insultántemente cargada de azahar en los campos aledaños a Alzira y Carcaixent que cruzamos entre sendas y caminos a ritmo de “mariquita el último”. Sin dar tregua a los conversadores rezagados, a la cabeza de la cuadrilla no se le ocurre otra cosa que picarse con todo quien se ponga a tiro. Ya saliendo de la “Patria De La Taronja” y antes de Barxeta superamos a un par de grupos de practicantes, no sin esfuerzo, el último de ellos algo más numeroso y preocupantemente joven se mantuvo a nuestro rebufo, incómodamente cerca, durante algunos cientos de metros, hasta que desistió… Somos como niños.
Menos mal que los cascos tapan las canas… y las calvas, que si no… se nos crecen los chavales y llegamos a Barxeta al borde de la pájara.
Más o menos fatigados por la absurda gesta, observados por parejas de mirlos que escarban entre los “agrets”de los campos nos zambullimos en los queridos y divertidos caminos de tierra y sendas del Plà de Corrals (Otra vez). Aunque casi sin perder la inercia en nuestra obcecación extrañamente compartida por el “no parar” y zigzagueando entre cuadras y chaletitos, conseguimos subir a un ritmo en el que, casi se podía disfrutar del paisaje, camino a la vieja cantera donde los rojizos pinos cambian de color y el viento ya huele a Pascua, y a polen.

Camino a la Casa de la Bastida, las urracas y abubillas se suben a los cables de la luz mientras hacemos crepitar el barro ya seco de las lluvias pasadas. En el "Barranc dels Conills", una pareja de perdices se meten bajo una carrasca esperando no haber sido vistas por esos seres rápidos y extraños.
En “La Casa” reunión del grupo, alivio de fluidos con retrato conmemorativo y cerciorados de la buena disposición de los penitentes de la “parada fallera” retomamos la marcha con menor frenesí y cadencia sabiendo cercana la meta del almuerzo y comentando la ubicación del Bar comienza el desaforado descenso. Al son del bufido de un quieto y expectante jabalí el grupo, antes disperso, se reúne en una piña derrapadora y saltarina que hace ladrar a todos los perros de las casetas y por fin cansados pero contentos llegamos, a la vez, a la población de Quatretonda (un poquito antes que el Quintopino).
Pasamos de largo el habitual Bar de la plaza ante la mirada impertérrita de policromáticas peñas foráneas que ocupaban las mesitas de la acera . Observados con curiosidad por las demostraciones de equilibrio de Tomás con una rueda, seguimos en busca del restaurante Casa Ricardo (no confundir con el mítico “Bar Ricardo”) el cual dispone de parking privado para bicis, doble pantalla de plasma para ver las carreras y unos bocatas espectacularmente deliciosos.
La vuelta por el “Camí vell de Beniganim” y la senda que discurre por un barranquito cerca de una granja de Toros, entre huertas sin vallas, se decidió rápida por motivos de tiempo y kilometraje (75Km en total). Y volvimos por asfalto. Puerto de Beniganim y caminito a casa por Enova hacia Cogullada y el lavadero al final del “cami de Materna”. Una gozada la ruta, sobre todo por el dosificado pero constante retorno de los trackers que van saliendo de las madrigueras invernales y que esperamos sean cada día más, pues siempre serás bien recibidos.
Un abrazo a todos,
Juanjo Saura.


http://maps.google.com/maps/ms?msa=0&msid=213444339230307278318.0004a02b6b78e492e0caf

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