No hace mucho más de dos meses el paraje dels Corrals y el Barracquet de L´Ullal se presentaba acogedor, bucólico, idílico y pastoril. La verde hierba, suave, acariciaba los tobillos de tres trasnochados bikers de resacoso semblante mientras las flores de azar perfumaban el ondulado camino. Pues bien. Esta vez el clima mediterráneo se quiso mostrar menos acogedor a una tropa que resurgía de sus cenizas tras meses de aletargada inactividad. La llegada al paraje fue ágil, movidos por el común interés de abandonar pronto el asfalto pero… Una sombra invadió el otro lado del puente de L´Ullal: La boca del lobo nos mostró su sonrisa más cínica. El paisaje del Pla de Corrals seguía precioso a la vista. Y lo es. De lejos. Pero al igual que la rosa… bella pero espinosa:
La “suave hierba” se convirtió en un ortigal espeso que desdibujaba la senda, que aún se intuía, mientras los cardos te arañaban las piernas.
A destacar el aguante y la templanza del tracker herido en acto de servicio. ¡Ánimo amigo!ahí va una poesía en su honor...
Al amigo caído.
Te recuerdo junto a mi
camarada en la trinchera,
cada vez más decidido
descendiendo las trialeras.
Bajo el intenso frío
rodando sobre escarcha
y en el tórrido estío
sin demorar tu marcha.
Mas se sabe, no es camelo
más tarde, o más temprano
el pesado y el libiano,
todos besamos el suelo.
En la próxima aventura
te echaremos de menos,
esperando pronta cura
de tus huesos maltrechos.
hasta la próxima,
Juanjo Saura
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