06/XI.2011... Y partieron al alba Los Doce, mientras grises nubes cerraban el cielo, pero no sus ansias de apostolado. Bajo la amenaza de temporal se avinieron a la ruta cercana y variada de la Serratella que chubasquero en ristre, escalaron con fruición purgando así los pecados de la carne y de la gula. Flanqueada La Gran Finca y aún con hambre de sacrificio procedieron a honrar el profanado templo del Mig Almut mientras los pinos quemados contemplaron el desfile de penitentes sorteando los guijarros y derrapando en las bajantes.Los negros esqueletos quedaron de nuevo en silencio mientras los fieles se reagrupaban en la llegada al Plà camino a la posada del Buixcarró, conocido condumio herético que embruja con su vista pero porfía el retorno a las vesículas más veteranas.Los que vimos la luz, optamos por unas más modestas viandas y tras la generosa parada y fonda seguimos con ansia expiatoria un nuevo peregrinaje por nuevas sendas aledañas al AVE nunca vistas por el tracker, que poco ducho en canales de hormigón con pendientes del veinte, supo adaptarse, no sin sudor y agonía.Mas sabido es que el ansia nunca es buena y no pudiendo evitar el pisado de las zarzas invasoras y variadas esparragueras tubimos que parar a cambiar cámaras a sendas cubiertas horadadas por doquier.
Y así, exhaustos, aunque satisfechos, con nuestro último aliento, volvimos al hogar mientras las tímidas gotas, que refrescaban nuestra frente, empañaban las calles de la villa.
HASTA LA PRÓXIMA,
Juanjo Saura.
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