Trekking al pico La Raya y cueva de La Galera

Domingo, 7-02-2010



A nuestro común amigo y trackman Juanma se le ocurrió una modalidad de rehabilitación (para su rodilla) un tanto peculiar: Subir al Pico de La Raya.
Lo habló con el polifacético deportista de montaña y tracker Noel, que tiene más peligro que Willy Fox con un bono-bus. Y como donde caben dos caben tres, el sábado por la noche, decidieron hacerme partícipe de la excursión. Dicho sea de paso llevaba tiempo interesado en visitar la cumbre en cuestión.
Trasnochados y un poco descoordinados nos pusimos en marcha casi a las 11.00h.



Por terreno muy resabido y pisado por nuestras ruedas, pero esta vez a pie, subimos la pista de “los ciervos” hasta la cuesta de L´Ouet, y en la primera señalización fuimos hacia la derecha dirección "Cueva de la Galera y Pico de La Raya".
En unos minutos el Pla de Barber se veía allá abajo, y Alzira muy atrás.




La siguiente indicación marcaba a la dcha. La Raya y a la izda. Cova La Galera, a sólo 1 Km. ¿Nos la vamos a perder? ¿Total 2 Km ida y vuelta? Venga… en 10 min ya estábamos poniédonos las linternas en la cabeza (mi mochila es como la falda de una rumana) y bajando la empinada cuesta que baja a una enorme sala con suelo de tierra y barro.




Rodeados de estalagmitas y estalactitas que goteaban como un chirimiri “in door” sacamos unas fotillos y luego almorzamos en la entrada desde donde se veía a lo lejos desde Valencia hasta Alicante, y de cerca los pueblos de Corbera, Llauri, Favara, Cullera, Sueca, etc.



Después del refrigerio salimos corriendo (literalmente) hacia el pico, hasta que el sendero se retuerce y la pendiente de acentúa y hay que seguir con ritmo firme y pausado hasta La Raya.





Allí arriba a 625 m. sobre el nivel del mar firmamos en el libro de visitas (que estaba en un buzón con pestillo) como miembros de la peña bttrack de Alzira y después de descansar unos minutos y deleitarnos con las vistas (Se veía hasta la isla de Ibiza) bajamos con buen ritmo, algunos tramos corriendo y otros como se pudo.

En total tres horas, la camiseta sudada y una aventura más, que aunque improvisada y un tanto vespertina, no podía ser sino lo que ha sido, una gozada.



Recomendable para hacer con las mujeres e incluso con niños, con más tiempo, claro.

Juanjo Saura.

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