Todos estamos hechos con el mismo barro.



Domingo, 7 de Marzo de 2010 La Font Amarga

Conseguimos madrugar en plena temporada fallera pues “las grandes almas tienen voluntad, las débiles sólo deseos”. Con el impermeable en la mochila, o cuanto menos, la chaqueta hidrófoba, porque aunque “la suerte favorece a los valientes”…”más vale prevenir que curar”. Siguiendo unos, nuestro instinto automortificador, alguno su terapia de rehabilitación y en conjunto haciendo caso a aquello de Oscar Wilde de “mi único deber es el deber de divertirme terriblemente” nos dirigimos hacia donde el rio Albaida, el Canyoles y el río Barxeta se alían en sus vaguadas, moldeando valles y collados donde los ciclistas de montaña pueden disfrutar de una naturaleza salvaje a la vez que cercana y hermosa, sobre todo en el paraje de La Font Amarga, cuyo tierra sulfurosa y salobre se presentó muy fangosa por las últimas y cansinas precipitaciones.




Si cierto es que “La riqueza de la vida se mide por la cantidad de buenos momentos” la riqueza de estos cuatro trackers aumentó más que con un décimo premiado, entendiendo el concepto de riqueza en su sentido más amplio pues también es verdad que “la diversión viene siendo como una hipoteca, que cuanto más viejo eres más dificil es que te la concedan”.
Y como estos truhanes ya no cumplen los 30, ni mucho menos, abandonaron el asfalto tan pronto como fue posible para divertirse adentrándose por las sendas de piedras, lodo y pendientes acusadas, que hicieron caer al experimentado Noel. Al hincar su rueda delantera la inercia levantó su cuerpo por los aires y llevó sus huesos a lo que afortunadamente resultó ser un imprevisto colchón de hierba, húmeda, como todo estaba por allí. Una voltereta tán imprevista que no pudimos captar con la cámara, al igual que una alegre ardilla, a la que tuvimos el placer de ver pasar tan ufana como prudente… igual que rueda el amigo Tofe, que cada día nos sorprende con el control y manejo de la btt que por cierto estrenó para la ocasión. Juanma y yo les seguimos con prudencia dedicándonos al viejo arte de la fotografía, de la filmación y de disfrutar de la ocasión.



Al pasar por el rio tuvimos que sumerger los pedales para disolver la piña de barro tan densa que no dejaba enganchar la bota al pedal, maniobras que llamaron la atención de una pareja de la Benemerita, sin mayores consecuencias.
Al abrir la puerta del bar de Manuel sentimos una repentina, aunque breve, sensación incómoda por nuestro aspecto (El barro… hasta los ojos, literalmente) pero la amable camarera viendo que se trataba de trackers, rápidamente nos acomodó y atendió con la lozanía y la frescura de las mujeres de la Costera.
Repuestos del esfuerzo volvimos a casa atravesando una fina pero persistente lluvia que no cesó hasta llegar al lavadero, parada obligada en conveniencia de la mecánica de nuestras máquinas que precisarán de un pronto engrase para la próxima salida.


Un dicho mejicano dice "Todos estamos hechos con el mismo barro, aunque no con el mismo molde".





Un saludo a todos y hasta la próxima...

Juanjo Saura.

1 comentario:

  1. Junajo,,,,,tienes algo,,,tienes Don......tienes don algodón.
    MANCANTAO el guión de esta nuestra gran película de todos los domingos.
    Muy gráfica, ennhorabuena

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