Los Picapiedras por el Camí de Materna

Domingo 14 de noviembre de 2010


Bajo la mirada atenta de las verdes cotorras de las murallas, especie autóctona, los jóvenes Picapiedras-bikers, relizaban ejercicios de calentamiento trepando a la locomotora por todos los salientes habidos y por haber para asombro y preocupación de padres y madres, por cierto un “Hurra” por las dos mamis que vinieron… Hip, Hip, Hurra!! ¡Animaos las demás, mujeres al poder!
Comenzamos siguendo la estela de la rueda sin tacos del Derrapador de la Ribera Alfredo y del Chafacharcos Bernardo por el pasaje que toma el malecón por debajo de la carretera advertidos por el jóven Rafa del peligro de esa curvita donde él dice que “un día se mató” cosa que Noelia supo interpretar, subiendo el desviador al piño nº1, sin dudar, antes de comenzar la cuesta. El margen de edades de los jovenes ciclistas esta vez fue muy amplio desde los escasos 5 añitos de Paula hasta los 12 añazos de Cristina con tantas edades y colores, la peña era como una sepiente multicolor que se alargaba ocupando todo el malecón hasta el “Pont dels gitanos”.


Entre bromas y risas, pasando la sendita estrecha en la que el equilibrio brilló por doquier, llegamos al Barranco de Carcaixent donde la cabeza del pelotón se hizo la foto en el puente del riachuelo. Esperamos unos minutos al resto dándoles ventaja para ir a alcanzarlos de nuevo y recorrer en un “pis pas” las pistas de tierra que nos llevaron de nuevo a Carcaixent donde no sabemos aún si la cuesta o el maldito bordillo invisible con el que todos nos hemos dado alguna vez, hizo caer a Cris al duro asfalto.¡Catapúm! Pero, ella, curtida en mil y una salidas por la montaña, no quiso abandonar este divertido tour.


Seguimos todos por las pistas embarradas donde alguno aprendió a que ciertos obstáculos es mejor pasarlos deprisa que frenar, aunque quedarse pegado al barro y que vaya saltandote en la cara fue una experiencia nueva para algunos picapiedras. Iván, prudente, se lanzó a pasar el barro tras la pedalada segura de Noe y Marta que no perdían la rueda de Antonio y Alfredo, seguidos del jóven Rafa y el tiburoncín Bernat que sin inmutarse cambia de posición y sortea los obstáculos y los baches, aunque en un despiste se fue dentro de la jardinera para risas de sus amiguetes.

Cerrando el pelotón sin pausa y con empeño Teresa, Paula y Miriam con pedalada elegante al estilo Penelope Glamour demostraron ser grandes promesas del ciclismo de montaña defendiéndose de maravilla también en los caminos de tierra y piedras. Y así llegamos tan frescos al parking del Supermercado “Dia” donde tomamos unos tentempiés, descansamos un poquito, y nos reimos mucho con la joven Teresa, que es un crack.


Para evitar las esperas a los pequeñines y escoltas se hicieron dos grupos de retorno por edades, haciendo los mayores un rodeo mayor para terminar de cansarse y estar más relajados el resto del domingo, cosa que creo no se consiguió.
En fín, una risa. A ver si planeamos una fuera del término con mochilas y bocatas.

Enhorabuena a todos por vuestro amor al deporte, a la vida sana y a la familia.

Juanjo Saura.

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