El regreso del verano

5 de Septiembre de 2010

Y... ¿Por qué te vas con la bici en vez de..?

¿Que por qué?.. ¿Para qué..?

Es difícil contestar a eso una noche de sábado tras un par de copas, tan agusto con tus amigos, mientras estás pensando si la rueda la hinchaste o la cadena habrá que engrasarla de nuevo, dónde dejarías el casco...




Eres ciclista y lo serás hasta la muerte, porque ese es tu deporte en el que tu único rival eres tú, porque te gusta el deporte, pero no desde el sillón de casa. Eres sufridor, te gustan los retos y disfrutas de tus progresos. Y cómo se te queda el cuerpo después de la salida, no hay droga que lo iguale, ni aunque la hubiese, seguro que no mejoraría tu tono muscular, ni sería buena para tu corazón y tus pulmones. Y además te gusta la montaña, ¡Cómo te gusta! En medio de toda esa naturaleza te sientes más vivo, sientes que formas parte de ella, sin combustibles ni electricidad, sin ruídos ni humos, sólo tus piernas, tu corazón, tus pulmones, en simbiosis con la bici. Y claro, la bicicleta, ese cacharro que nos vuelve locos de pequeños y queremos dominarla haciendo correr a nuestro padre al lado con las ruedecitas detrás hasta que la dominas por cualquier firme y haces tus primeros derrapajes en la gravilla.



Con todo esto y quizá, unos más que otros, buscando horas de liberación como padre y esposo, te levantas sigilosamente a las 7,15 a.m. de un domingo, te equipas y te echas a la calle con la bici con la idea de pasar toda la mañana sudando hombro con hombro con todo aquel que se presente a la hora acordada.
En este caso fueron siete, ocho conmigo; Ocho ciclistas orgullosos de llevar un maillot con unos colores que representan a tu peña y a tu pueblo por allí por donde quiera que pases. Ocho sacrificados trackers que quizá lleguen a tocar el cielo, subiendo broncas cuestas, bajando rampas de infarto y llegando por sendas inhóspitas a lugares de belleza silvestre, surcando decenas de pedregosos kilómetros. Unos trackers con los arrestos necesarios para subir la montaña sin bajarse de la bici pero con la cabeza en su sitio, para bajar con los cinco sentidos, concentrados y enfocando cada piedra, cada hoyo, cada curva.





Y te remontas, a veces, a tus comienzos, ves tus logros y te alegras, y aún así quieres mejorar. Esa es la pasta de la que estamos hechos.
Bueno, a lo que vamos, con esto y con todo, Bttrack-Alzira comienza su temporada 2010-2011 con una rutita suavizada, por aquello de ir poco a poco. Salimos de Alzira, claro, pasando por Carcaixent dirección Barxeta planeando por la almohadillada senda del “aserrin-aserrán” para adentrarse en Pla de Corrals con sus cuestecillas que cuestionan lo de “Pla”, y pasando por el barranco de agua perenne para deleite de los “chafa-charcos” y para deleite de los gourmets un pedazo de Buixcarró (bocata de la casa) en el bar de costumbre, que dio más ganas de hamaca que de bici.




Durante el regreso el pelotón montés menguó frente al cómodo asfalto, yéndose tres compañeros por vía rápida quedamos cinco perros viejos camino a “La cima de la Antena” que coronamos con facilidad, aunque con un calor más propio de agosto. La energía sobrante la quisimos agotar bajando por la pedregosa pista cuyos cantos reventaron las ruedas del intrépido Tomás y del sensato Pascual que fue auxiliado por Juanma, nuestro maestro del GPS. Retomamos así, camino a Carcaixent pasando bajo la via, paralelos a ella hasta Alzira llegando por el carril bici verde a una hora mas que prudente.







¡Enhorabuena a los trackers Alfredo y Diego que dejan su soltería! Esperamos que vuestra nueva vida no os aparte de la peña, y ánimo a los que todavía no se han quitado las legañas del verano, os esperamos en el lugar de siempre.
¡¡Au, riau riau!!

Juanjo Saura

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